Lukla - Mera Peak

Lukla

Bien!, ya estamos en Luka, nadie esperaba que llegáramos sin avión así que... no tenemos porteadores, tenemos que esperar al día siguiente para empezar a andar. Aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo y acostumbrar la vista a haber delante de nuestros ojos las próximas semanas.
Tenemos presente a nuestro patrocinador, pollería jesus,en prácticamente cada comida, nos vino muy bien para completar, pues la comida del medio día era un ligero picnic.
Los chavales jugaban a una especie de billar con chapas, parece que el objetivo era meter las fichas de tu color en los agujeros de las esquinas, para que las fichas corrieran más se echaba un poco de harina sobre el tablero.

Yo creo que nos vino bien dormir en Luka (2840 msnm), porque desde que sales del aeropuerto ya empieza a notarse el aire fino.

Comienza el Trekking, hacia Chutanga

 
Seguiremos la ruta marcada en amarillo, en sentido opuesto a alas agujas del reloj, partiendo y terminando en la pista de aterrizaje más corta del mundo, que esté en cuesta es esencial  si no... a algún avión no le habría dado tiempo a frenar.
 
Vamos andando, dirección este, entre bosques y arroyos, el camino está bien marcado, por aquí pasa bastante gente. El color verde de la vegetación es un poco más gris de lo que estamos acostumbrados, no quita que se un bosque precios
Cruzamos el bosque de rododendros, otra curiosidad satisfecha, sabía de esta planta por los libros de aventuras en el Himalaya pero nunca los había visto, son como esas plantas de hojas grandes que tienen las abuelas, pero tamaño árbol.
 
Cada poco tiempo el camino cruza pequeños poblados en los que hay algunas chozas y alguna que otra tienda, son poblados estacionarios, solo están habitados durante la época de turismo y viven de lo que la gente compra en la tienda, básicamente, puedes comprar cosas con sabor a casa, chocolatinas, coca cola o papel higiénico. También puedes conseguir un té calentito que siempre viene bien.
Poco a poco, vamos subiendo por un valle que encontramos a nuestra izquierda y llegamos a un pequeño poblado a mitad de subida, Chutanga, donde pasaremos la primera noche. Un río baja baja por el valle y hace que el lugar sea húmedo y frío.
 
Muchas cosas nuevas, primeras comidas de trekking, primeras noches en tienda, primeros baños públicos, básicamente consiste en una caseta de piedra o madera, construidas sobre el borde de un precipicio o barranco, a a cual le falta una tabla en el suelo, mejor no te caigas porque te vas a la mierda.
 
Por la noche, después de cenar, normalmente revisamos la etapa del día siguiente, nos resulta entretenido hasta que nos damos cuenta que los mapas en nepal valen para bien poco. En tres mapas distintos encontramos khare en tres lugares distintos.

Día 2 : Chheterwa

 
Al día siguiente seguimos remontando el valle, empezamos a ver las primeras montañas entre las nubes, un numeroso grupo de cuarenta ingleses nos precede, ¿serían ellos los que acapararon con los portadores?. Los vemos subir despacio, pasito a pasito, la cuesta hasta el collado, como hormiguitas, pronto nos tocará a nosotros sufrir el desnivel, es el primer día que cogemos algo de altura y no estamos aclimatados.
Ciertamente la subida cuesta, cosas que ayudan a tirar para arriba son llevar un ritmo lento y constante, la visión de cosas y plantas que nunca había visto antes, acordarme de la gente y de cosas que te animan, me acordé de aquella canción de willy fog, sílvame!
Finalmente llegamos al campamento en cheeterwa, primera noche por encima de cuatro mil metros, la cabeza lo nota y se queja, la sensación es extraña, se nota una desagradable sensación esponjosa en el cerebro y cierto dolor de cabeza, todos lo pasamos algo mal aunque algunos mejor que otros, consigo salvar la noche sin tomar pastillas con la esperanza de perder altura al día siguiente
Los ingleses tienen copado el lodge bueno y nos corresponde uno que está un poquito peor, sin luz, ni estufa ni comodidades, decidimos que al día siguiente tenemos que hacer etapa doble para adelantarlos.

Día 3 : Thagnag

El día siguiente se despertó frío, nos espera una tremenda bajada a través de un nuevo bosque
El lugar es increible, selvático, contraste brutal con el entorno rocoso de los collados del día anterior. Bajamos hasta el fondo del valle, prácticamente hasta el río.
 
Después del picnic decidimos doblar con la etapa del día siguiente y remontar el río, nos vendrá bien volver a dormir en altura. Álvaro y Luciano prefieren conservar fuerzas y prefieren no doblar.
 
Hay una plantas marrones que pueblan los prados, cuando pasas cerca de ellas te rodea un olor muy agradable, resulta ser incienso.
 
El premio de doblar etapa es poder dormir en lodge, puesto que dos etapas de golpe es mucho para los porteadores y las tiendas no llegan, de comer nos dal dalbat, arroz (dal) con lentejas (bat)

Día 4 : Rest en Thagnag

 
En Thagnag descansamos un día, algunos subimos a una loma cercana, al suroeste del poblado, descanso activo. Un amigo francés se apuntó a la excursión.

Hace unos doce años, en mitad de la noche, el muro de morrena que sustentaba el lago de la parte norte del río, rompió y arrastró una gran cantidad de piedras rio abajo. Afortunadamente, parece que no hubo víctimas, con el extruendo despertaron todos y subieron a lugar seguro.
El camino que seguiremos los días siguientes cruza prcisamente el torrente de piedras, después sube por las pequeñas lomas, cerca del río, hacia un pequeño pueblo que se intuye en la base de un riachuelo, que cae a la izquierda del río. Después hacia arriba a ganar el collado.
 
Algunas montañas de por aquí no las ha subido nadie, se dice que porque son sagradas, pero yo diría que es una excusa, que simplemente no se ha encontrado la forma de subirlas.
  
A lo lejos se ve el lugar a donde nos dirigimos, el collado tras el cual está el campo base del mera, se adivinan algunas huellas e incluso se ve alguna hormiguita andando.
Por primera vez nos vamos dando cuenta de la magnitud de las moles que tenemos a nuestro alrededor, y se supone que estas son las pequeñitas.
 

Día 5 : Khare

 
La etapa de Thagnag a Khare es suave físicamente pero potente en sensaciones, es un mundo nuevo, el aguar de los lagos y de los ríos tiene un color al que no sabemos poner nombre, volvemos a subir todos juntos y juntos nos maravillamos de lo que tenemos alrededor.
Poco a poco vamos subiendo, las montañas de las fotografías siempre se repiten, cuando miras atrás ves donde pasaste la noche anterior, ¿será que avanzamos muy despacio? no, es que esto es muy grande, dimensiones cuatro veces más grandes a lo que estamos acostumbrados.
La jornada nos permite parar en una agradable pradera, descansar, sentir el sol, recuperar algunas fuerzas y jugar a adivinar rutas intrépidas entre la nieve y las rocas que nos rodean.
   
Mientras le va llegando al campamento, se divisan unas banderolas de oración en una loma cercana, algunos llegamos con fuerzas y ganas de subir un poco más y tiramos para arriba.
 
Cerca del campamento hay unos pájaros curiosos, parecen perdices perdo deben de pesar como diez quilos, los de cocina nos dicen que no son comestibles, aunque lo fueran, ninguno de nosotros sería capaz de correr pendiente arriba a la velocidad que lo hacen estos bichos. Pollería jesus nos salva el tipo de nuevo.

Día 6 : Campo Base

 
Primer día en el que nos ponemos las botas gordas, vamos a pisar algo de nieve pues alcanzaremos la zona de ablación del glaciar y después subiremos por la lengua hasta el collado.
 
A nuestro alrededor, el valle por el que hemos subido, la lengua del glaciar que da acceso a la cima, las rocas tras la cual es esconde el campo de altura, el entorno ha cambiado complemente, ambiente alpino.
 
El único punto un poco escabroso es subir por los escalones de hielo que dan acceso al glaciar, el hielo está suelto y cuesta subir, la temperatura es alta y es posible que alguna piedra se desprenda, así que tenemos que ir medio rápido, lo que casa fatal con que la aclimatación es precaria y nos cuesta avanzar.
Finalmente, pasamos el trozo malo, las caras de cansancio y el mal cuerpo por la altura desaparecen en cuando alcanzamos la lengua del glaciar, la visión es increíble
 
El mera peak, la cima central es la bola que se ve en lo alto, el campo base está a la izquierda, fuera de la lengua del glaciar, el campo de altura está detrás de las rocas que se ven a media ladera.
La ascensión se realiza en dos jornadas, una primera hasta el campo de altura, donde se descansa y se trata de dormir un rato, lo que se puede, porque a las tres de la mañana te levantas para seguir para arriba, aprovechando que por la noche, con el frío, el hielo y la nieve están más duros y tienes más horas por delante, es bueno tener margen.

 
El campo base es un lugar inhóspito  hace frío porque el viento sopla desde el glaciar y se vuelve gélido, la altura nos deja bastante tocados y lo único que apetece hacer es estar dentro de las tiendas. El agua mana de la propia pared del glaciar, es de color gris y seguramente lleve ahí congelada miles de años. Para entretenerme, hago un muro alrededor de la mía, me quita viento y me ayuda a pasar el rato.
La altura se nota mucho, Álvaro Luciano y Rafa no se encuentran bien, dormirmos a 4930 msnm, yo noto cierto malestar, similar a nauseas, y me zumba la cabeza, siento latir el corazón sobre mi oreja derecha, es una sensación que no he sentido nunca y como es normal, me preocupa, guardo cerca un par de aspirinas por si me hicieran falta durante la noche, pero consigo dormir sin utilizarlas.

Día 7 : High Camp

 
Amanece en el base camp, salgo de la tienda más por hartura que por ganas, muchas horas metido en el saco, el estómago me da guerra pero solo pensar en la tienda que utilizamos como wc me quita las ganas, es algo similar a las garitas de los romanos de los comics de asterix.
Por la mañana sopesamos la situación, la noche no ha sido buena para algunos de nosotros y no es factible que nos movamos todos hacia arriba, la opción que adoptamos es tomarnos una jornada de descanso y tratar de ascender al día siguiente. Unas nubes en el horizonte indican que el tiempo pueda cambiar pronto y no ascender hoy puede llevar al traste con nuestras posibilidades de éxito, pero si no damos una jornada de descanso para los compañeros que están flojos no podrán subir.
En un principio, decidimos descansar, pero después volvemos a considerar la situación, las posibilidades individuales y del grupo, y cambiamos el plan, subiremos los que podamos y los compañeros que no se encuentran bien descansarán. Sito, Luis, Dani y yo subimos iremos en una jornada hasta el campo de altura y al día siguiente a cumbre, Rafa, Álvaro y Luciano descansarán un día y en la siguiente jornada subirán hasta donde puedan.
Nos dispones a subir hasta el campo de altura, la ascensión es sencilla, la lengua del glaciar es una rampa de nieve dura enorme, es un glaciar y tiene enormes grietas, pero el camino está bien marcado y las evita con seguridad. El esfuerzo consiste en ganarle metros a este lugar sin aire.
   
El campo de altura está situado detrás de un peñón rocoso, son unas cuantas repisas de roca suelta sobre las que se esparcen algunas tiendas, los vientos de las tienda se atan a las propias piedras, el agua se obtiene de picar el propio hielo.
Torpemente, preparamos los trastos para el día siguiente, mientras una radio suena en voz alta y aporta algo de música alegre al lugar, es agradable tomar los últimos rayos del sol, una vez que se ha ido, mejor dentro de la tienda.
Por la noche se levanta viento, tememos que pueda arrancar la tienda y lanzarla al vacío con nosotros dentro, pero aguanta bien. En mi cabeza no cabe la idea de salir ahí fuera, con ese viento, y ponerme a andar hacia arriba y no creo que quepa en la de nadie, así que espero pacientemente en mi saco a que se haga de día.
Sin embargo, a las tres de la mañana Nofuru llega y nos insta a salir, para desayunar y partir hacia cima
Me cuesta todo, moverme, comer cualquier cosa, ponerme el equipo, me encuentro terriblemente torpe y no veo la forma de que yo ascienda un metro en esas condiciones, la insistencia de Luis me hace que al menos me disponga a intentarlo

Día 8 : Cumbre

Finalmente, entre el frío y la ocuridad, nuestro guia Nofuru se dispone a llevarnos a través del glaciar, solo subimos tres, Luis, Dani y yo, Sito ha preferido dormir algo más y tratará de subir más tarde.
Cuesta bastante andar, hace frío, noto bastante frío en algunos de los dedos y los tengo que meter dentro del abrigo para recuperar el calor. El tema del aire es algo más complicado, respirar en altura es como comer bocadillos imaginarios, haces como si comieras pero realmente no tragas nada.
Subimos en la oscuridad, algunas cordadas de luces se ven por delante de nosotros, han madrugado más que nosotros, el camino va esquivando las grietas del glaciar, hasta que se mete por detrás de una loma grande de nieve y alcanza la base de la cima.
Al principio vamos más o menos juntos, Nofuru y Luis llevan un rimo constante, Dani y yo vamos por detrás, poco a poco.
En mitad del camino encontramos una grieta que va de lado a lado, no se puede esquivar, saltamos por el lugar donde se vuelve más estrecha, ni siquiera miro abajo pero los que sí miraron cuentan que era bastante profunda.
La parte alta se vuelve dura, cuesta terriblemente subir, voy contando pasos, veinte pasos y parar, veinte pasos y parar, Dani se anima al baile hasta que no quedando mucho, le echa mano a un gel de hidratos y me deja atrás, va que vuela.
Me cuesta una barbaridad llegar a la parte alta, pero llego, solo resta la bola de cima, llego a pensar en no subir, pues me encuentro en las últimas, hay que ahorrar fuerzas, pero pienso que estando tan cerca, si luego me arrepiento, tener que volver hasta aquí para terminar de subir, iba a ser bastante peor, un esfuerzo más, tiro de jumar y me decido a llegar arriba.
 
Llegamos a cima, unas banderolas en el suelo marcan el lugar, alrededor un montón de montañas blancas, a lo lejos nombres míticos, Everest, Lothse, Makalu...
Estamos contentos, pero no estoy seguro si es porque hemos llegado arriba o porque no hay que subir más. La cima norte, un poco más alta que la central, la dejamos para otra vez, ni siquiera mentamos la posibilidad de subirla.
   
Abrazos y fotos con las pancartas de los patrocinadores
Y para abajo, poco a poco, que cada metro abajo nos hará sentir mejor.