Ampulapcha - Luka

Khumbu Tal

El valle del Khumbu es otra historia, a partir de aquí cambia todo, etapas cortas, lothses, duchas y algún baño estilo europeo. Incluso nos damos el lujo de tomarnos unas porciones de tartas en una panadería francesa.
Hemos entrado en el transitado valle del kumbu, es la ruta que da acceso al everest y por donde pasa todo el mundo que quiere ver a la madre, Chomolungma.
A nosotros solo nos resta volver a lukla, dani y luis hacen un infructuoso intento de llegar a kalapathar, desde donde poder ver el Everest, les faltan horas y tal vez ya un poco las fuerzas, pero se les ve muy enteros.
El descenso hacia lukla pasa por multitud de pueblos de tamaño considerable, Pheriche, Pangboche, Tengboche, Khumjung, Namche...
En periche volvemos a dormir en tienda, no hay alojamientos disponibles, pero sí que es realmente la última noche en tienda, nos despedimos de nuestras casitas amarillas durmiendo en el corral de un lothse, con un poquito de frio y con un poquito de nieve. Los copos son puros, toman la forma de estrellas que raramente se ven por casa, son preciosos, lastima que no me pueda llevar unos cuantos de recuerdo.
Durante todo el camino nos acompaña un río salvaje y lleno de fuerza y la imponente imagen del ama dablam.
No hay lodge sin historia, parece que por todos hayan pasado remarcables personajes, los dueños sean protagonistas de grandes gestas. La cerveza y las cartas empieza a ser un hábito por las tardes.
La cámara siempre en la mano, hay imágenes que no creo vuelva a ver en mucho tiempo.
A khumjung llego en las últimas, la etapa es un poco más larga que el resto y tiene una subida de cuidado, algunas molestias gastrointestinales tampoco me permiten recuperarme mucho. Cuando llegamos, dedico el resto del día a recuperarme, descansar, recuperar fuerzas y al día siguiente estoy mucho mejor.
Me da un poco de rabia perderme la primera tarde de compras, pero al día siguiente pasamos por Namche Bazar y aprovecho para llenar la mochila de gorros y guantes de lana de jak.
El camino cruza de un lado a otro del río por puentes colgantes, son impresionante, si ves que está cruzando una manada de jaks, mejor espera.
En uno de los puentes me despisto un poco, no lo veo y sigo el camino rio abajo, cuando el camino empieza a ser demasiado estrecho me doy cuenta de que me he ido por donde no es y me doy la vuelta, de vuelta me encuentro con nuestro pequeño aprendiz de guia, que ha venido a buscarme :). Oveja descarriada
Llegamos al límite del parque, control y contabilización, somos siete de las diezmil personas que pasan por aquí todos los octubres.
Me alegro de ver caras contentas conforme vemos que se hacerca el final del viaje.
Garki incluso tiene el detallazo de hacernos un pastel!
De nuevo, caminando por una ladera entre rododendros, llegamos a Lukla, cerramos el círculo, todo ha salido bien y es estupendo.
Celebramos el viaje y pasamos los últimos ratos buenos con nuestros compañeros nepalies, que después de tanto, se han convertido en amigos